Uniones

En unos momentos comenzaré Uniones de Musil. O Tres mujeres, aún no me decido. La razón por la que haré esto es porque nadie me habló para salir por la noche. Esperé que alguien lo hiciera. Es sábado y tengo demasiado tiempo conmigo. Por la mañana subí al Ajusco con mi perra labrador, una amiga y su perro Cocker. Casi no hablamos. Los perros parecían muy felices. Este es el tipo de texto, sospecho, que debería estar en el espacio de Cetrería, pero ya me da igual. Más tarde fui al cine solo. Mi amiga comería con su familia y su novio. Después le hablé a otra amiga de la que alguna vez estuve enamorado y quien en su momento me correspondió. Le hablé para preguntarle dónde estaba su novio, un amigo mío, pues habíamos quedado de vernos para discutir sobre el precio de El Inquilino y para salir más noche.

Después de la fiesta de El Inquilino subí a una chica a mis hombros, caminé por el centro, grité y me comí un hotdog. Durante la fiesta aparentemente me la estaba pasando bien. Uniones es el primero libro de Musil que lidia con la psicología de la mujer. Me gusta mucho el título. La primera oración dice así: "¿De verdad que no puedes acompañarme en el viaje?" Corresponde al capítulo titulado La culminación del amor. Ay, almas bellas. También estoy leyendo La rosa, de Robert Walser. Me hundo en una pastosa cursilería. Y bajo, al mismo tiempo, un video donde una tipa se masturba según le indica una voz en off que habla alemán.

Me siento desesperado.