Monday, September 12, 2005

El diletante

Forcejó con el muftí, que intentaba leer un sura para poner fin a la chacota. El diletante le arrebató el libro y se lo pegó al pecho, codilleando para mantenerlo en su poder. El intercadente muftí se alzó la manga para mostrar una cianosis. Fue entonces cuando el diletante notó que la troncha que faltaba en el brazo cubría la portada del Quram.
- ¡Libros empeletados! ¡Libros empeletados! - reía el muftí mientras le escurría de la boca un líquido opalino y seroso, reía dejando ver una pupa que se desleía con el subir y bajar de su lengua.
- Guácala, quédate tu coran’s – dijo el diletante.

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