Sunday, June 26, 2005

La fragilidad de la carne

Hoy fui invitado a formar parte del colectivo "Filete". No hubo rito de iniciación.
Alabanzas eternas a Bolaño aparte, me siento obligado a escribir sobre la gran comezón que siento en mi cara. Tal vez es porque no me he rasurado en dos días. También me parece importante hablar sobre los límites de mi estómago, al enfrentarse a un filet mignon con puré de papas y cebollas. Todo va bien, mientras los ácidos lo someten en una de las zonas más oscuras de mi cuerpo, y antes de que vaya a dormir, horas antes de regresar a México. En el avión, con una luz que se hace que todo parezca el interior de un párpado, comienzo a sentir la fragilidad de la carne y pienso que el hombre no es por naturaleza carnívoro. O al menos, que no puede serlo toda su vida. Mi madre me ha advertido sobre la gota. He ido al hospital por exagerado y por la colitis. He visto radiografías donde puedo ver de manera clara y distinta la mierda delineada en mi interior, inmóvil. He introducido madres en mi ano para que esa carne fluya fuera. A estas cosas, les llaman supositorios y son una cosa que uno debe tratar con delicadeza e intimidad, encerrado en su cuarto, acostado sobre una toalla, y con los ojos cerrados.
Vamos, un poco como la literatura.

2 Comments:

At 1:39 PM, Blogger Alejo Cava said...

Quiero notar la siempre agradable forma que tiene Guillermo de darle un giro a las historias. Mientras todos hablabamos de como entra, tu nos hablabas de como sale. Gracias por participar en la comedera, y los baños como siempre, al fondo a la derecha.

 
At 12:44 AM, Blogger Tormentas said...

También cabe aclarar que has agotado tu cuota de anécdotas anales por lo que queda del verano, así como de menciones tributarias a Bolaño.
El filete mignon está permitido, pero aquí lo preferimos jarcor, sospecho que tú también. Saludos.

 

Post a Comment

<< Home